Conferencia de Javier Sánchez Perona del Instituto de la Grasa del CSIC.
Tomamos mucha, pero realmente sabemos muy poco sobre la cerveza. A muchos grandes cerveceros les vale con que esté fresquita y si no está a su gusto es porque “está floja”, sin prestar atención a que la cerveza puede estar deteriorada. Cuando la cerveza está fresca tiene una combinación justa de aroma, pero una vez sale de la fábrica comienzan a darse reacciones de oxidación y pierde frescura. La cerveza contiene muchas sustancias que pueden reaccionar con el oxígeno, produciendo fenómenos de oxidación que se aceleran de forma exponencial con la temperatura, principalmente durante el almacenamiento. ¿Cómo podemos saber si una cerveza está fresca o está oxidada?