Ya estamos de vuelta de vacaciones y con las pilas cargadas de nuevo.

 

No creáis que antes de irnos no trabajamos en nuestro proyecto, pero con las prisas se nos olvidó compartirlo con vosotros. Nuestros brotes de lechuga comenzaron a aparecer, así que siguiendo vuestros consejos decidimos trasplantarlos a los semilleros para que estuvieran más cómodas y empezaran a crecer con más fuerza.

 

Aunque parecía una tarea fácil, tuvimos que ser extremadamente delicados ya que algunas raíces quedaban pegadas al algodón y se nos estropearon. Aún así conseguimos plantar unas cuantas.

 

Pero la semana ha sido larga… y tantos días sin mimos y cuidados han hecho estragos. No han sobrevivido todas nuestras lechuguitas pero no perdemos la esperanza porque algunas han resistido contra viento y marea y siguen al pie del cañón.

 

Gracias a las nuevas pupas que nos habéis mandado esperamos que el proyecto siga adelante. Al menos nuestro empeño, esfuerzo e interés va a seguir creciendo cada día.

Aquí os dejamos algunas fotos del proceso.

 

Germinados de lechuga

 

No es fácil el trasplante

Trasplantando a semillero

Equipo de trasplante